PERSONA: Única e irrepetible
¿Para qué la clonación de seres humanos?
En la reunión anual de la Asociación de EU para el Avance de la Ciencia, el científico británico Ian Wilmut, quien dirigió la clonación de la oveja "Dolly", pidió que no se prohiba legalmente este tipo de investigación, ya que puede ser muy útil para la medicina, y reiteró su oposición a la clonación de seres humanos.
Señaló que con este tipo de prácticas serían de gran ayuda para tratar la infertilidad y algunas enfermedades tales como la distrofia muscular o el Parkinson podrían beneficiarse claramente de la investigación con tecnología de clonación pero que quede muy lejos la de clonación de un ser humano
También se señala que con sería muy útil la técnica de la clonación para regenerar la médula espinal en quienes sufran parálisis; lograr la producción de medicamentos, vacunas, proteínas para combatir enfermedades como la hemofilia; además, podría cultivarse médula ósea en tubos de ensayo, para curar la anemia. Y otras enfermedades como el cáncer, la diabetes u otras dolencias que pasan necesariamente por la investigación con células humanas.
DESDE LA ÉTICA
El hombre existe como ser único e irrepetible, existe como un « yo », capaz de autocomprenderse, autoposeerse y autodeterminarse.
La persona humana es un ser inteligente y consciente, capaz de reflexionar sobre sí mismo y, por tanto, de tener conciencia de sí y de sus propios actos.
Sin embargo, no son la inteligencia, la conciencia y la libertad las que definen a la persona, sino que es la persona quien está en la base de los actos de inteligencia, de conciencia y de libertad.
Estos actos pueden faltar, sin que por ello el hombre deje de ser persona.
La persona humana debe ser comprendida siempre en su irrepetible e insuprimible singularidad.
En efecto, el hombre existe ante todo como subjetividad, como centro de conciencia y de libertad, cuya historia única y distinta de las demás expresa su irreductibilidad ante cualquier intento de circunscribirlo a esquemas de pensamiento o sistemas de poder, ideológicos o no.
Esto impone, ante todo, no sólo la exigencia del simple respeto por parte de todos, y especialmente de las instituciones políticas y sociales y de sus responsables, en relación a cada hombre de este mundo, sino que además, y en mayor medida, comporta que el primer compromiso de cada uno hacia el otro, y sobre todo de estas mismas instituciones, se debe situar en la promoción del desarrollo integral de la persona.
TEXTO TOMADO DE
En la reunión anual de la Asociación de EU para el Avance de la Ciencia, el científico británico Ian Wilmut, quien dirigió la clonación de la oveja "Dolly", pidió que no se prohiba legalmente este tipo de investigación, ya que puede ser muy útil para la medicina, y reiteró su oposición a la clonación de seres humanos.
Señaló que con este tipo de prácticas serían de gran ayuda para tratar la infertilidad y algunas enfermedades tales como la distrofia muscular o el Parkinson podrían beneficiarse claramente de la investigación con tecnología de clonación pero que quede muy lejos la de clonación de un ser humano
También se señala que con sería muy útil la técnica de la clonación para regenerar la médula espinal en quienes sufran parálisis; lograr la producción de medicamentos, vacunas, proteínas para combatir enfermedades como la hemofilia; además, podría cultivarse médula ósea en tubos de ensayo, para curar la anemia. Y otras enfermedades como el cáncer, la diabetes u otras dolencias que pasan necesariamente por la investigación con células humanas.
La duplicación de
seres humanos es éticamente criticada debido a que no se respeta el sentido de
la sexualidad humana y de una gran característica que nos diferencia de los
demás seres: que somos únicos e irrepetibles.
En
el ámbito genético, las especies evolucionan en forma constante y permanente,
de manera que las generaciones sucesivas aprovechan las variaciones pretéritas,
adaptándolas a sus nuevas necesidades, para luego trasmitirlas genéticamente a
la generación siguiente y sucesivamente. Si se permite la repetición idéntica
de dos seres el material genético se trunca, lo cual implicaría un serio riesgo
para la supervivencia de la especie.
En
la clonación de seres humanos se prescinde de gametos, es decir, provenientes
de cada una de las células masculinas y femeninas cuya unión durante la
fecundación da origen al huevo o a una nueva vida. Con este procedimiento, ya
sea también en la fecundación en vitro, se esta substituyendo el acto de amor
de los padres por una acto técnico de un tercero, que es quien da el empujón
inicial a la nueva vida. En estos casos se estaría presente a una producción
humana y no ante una procreación humana.
No
es éticamente aceptado que las personas sean rebajadas a cosas, creadas por un
tercero bajo la condición de objeto fabricado en serie, como si fuera un
producto. Es por ello que este fenómeno provoca un gran rechazo en el ámbito
mundial.
El
ser humano debe ser protegido para salvaguardar la integridad de la especie
como valor en sí mismo y la dignidad de cada uno de sus miembros, ya que posee
una identidad genética específica y su personalidad no puede reducirse
únicamente a características genéticas y ser tratado como un objeto.
En
la hipótesis de que la clonación se quisiera extender a la especie humana, de
esta réplica de la estructura corpórea no se derivaría necesariamente una
perfecta identidad de la persona, entendida tanto en su realidad ontológica
como psicológica. El alma espiritual, constitutivo esencial de cada sujeto
perteneciente a la especie humana, es creada directamente por Dios y no puede
ser engendrada por los padres, ni producida por la fecundación artificial, ni
mucho menos clonada. Además, el desarrollo psicológico y cultural conducen
siempre a personalidades diversas; se trata de un hecho conocido también entre
los gemelos, cuya semejanza no significa identidad.
Con
la concepción ética planteada no se le esta limitando la investigación sobre la
clonación ya que se estaría violando la libertad de investigación, sino que la
misma sea estudiada de manera prudente, a beneficio de la humanidad dado que se
haya en juego valores y derechos fundamentales de la especie humana que deben
ser respetados.
Frenar
el proyecto de clonación humana es un compromiso moral que debe traducirse
también en términos culturales, sociales y legislativos. En efecto, el progreso
de la investigación científica es muy diferente de la aparición del depotismo
ciencia, que hoy aparece ocupar el lugar de las antiguas ideologías. En un
régimen democrático y pluralista, la primera garantía con respecto a la
libertad de cada uno se realiza en el respeto incondicional de la dignidad del
hombre, en todas las fases de su vida y más allá de los dotes intelectuales o
físicas de las que goza o de las que está privado. En la clonación humana no se
da la condición que es necesaria para una verdadera convivencia: tratar al
hombre siempre y en todos los casos como fin y como valor, y nunca como un
medio o simple objeto.
DESDE LA RELIGION
La religión católica, a través del Papa Juan Pablo II, se pronunció diciendo que: "Ninguna experimentación científica, en ningún momento, y por ningún motivo, puede ser justificada si pasa el límite determinado por el respeto a la vida desde su concepción, según lo estableció la voluntad de Dios ".
La Iglesia acepta el avance científico siempre y cuando no pongan en peligro a la naturaleza e identidad del hombre.
Manifiesta que la clonación deja a un lado la dignidad y el acto procreador que pertenece a los padres; en segundo lugar olvida el valor que tiene la transmisión de la vida humana, la unión de los esposos, el uso honesto del matrimonio, de la sexualidad como instrumento de amor y objeto procreador, de la comunicación.
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